Redacción Juan Sebastián Sosa

En abril del 2019, la humanidad pudo ver por primera vez la imagen de un agujero negro real. Si bien desde el siglo XVIII ya se había teorizado y considerado su existencia, hasta se habían hecho bocetos de cómo podían ser, hasta ese momento no se había logrado observar directamente uno de ellos. 

 

Para esa oportunidad, el mundo pudo ver un arco dorado que correspondía a un objeto con un fondo completamente negro situado en el centro de una galaxia a 55 millones de años luz de la Tierra, llamada Messier 87. 

 

Un anillo brillante, la sombra existencial del agujero negro

 

El hito histórico para la astrofísica se logró gracias a que la propia Tierra se convirtió en una especie de telescopio gigante al unir tecnología de ocho de los observatorios más potentes del planeta, localizados en lugares como Hawái, México, las montañas de Arizona (Estados Unidos), la Sierra Nevada española, el desierto chileno de Atacama y la Antártida.

 

La imagen de ese primer agujero negro, junto con la de otro captado en el centro de la Vía Láctea y revelada en mayo del 2022, abrió un nuevo campo de estudio para los científicos del mundo, pues se trata de los objetos más extremos del Universo y de los más difíciles de estudiar. 

 

¿Qué es un agujero negro?

 

George N. Wong, astrofísico computacional y teórico que hizo parte del proyecto que logró observar el primer agujero negro, habló con El Tiempo sobre la característica de esos enigmáticos objetos que se encuentran a lo largo del universo. 

 

“Un agujero negro es algo tan extremo que cuando te acercas a él, si te acercas demasiado, nunca puedes salir. Y esto no ocurre con ninguna otra cosa en nuestra experiencia humana. Entro en un edificio y puedo salir. Tenemos cohetes que pueden salir de la superficie de la Tierra, satélites que fueron puestos en órbita y que han dejado el sistema solar”, explicó el científico. 

 

Desde su perspectiva, señaló que “la característica que define a los agujeros negros es que son tan extremos que nunca se puede salir de ellos. Tienen lo que se llama horizontes de sucesos, y una vez que se está allí, se está atrapado para siempre”.

 

Sin embargo, habló de lo difícil que es toparse con un agujero negro por su tamaño: "Los dos agujeros negros más grandes de los que tenemos constancia, que es a lo que apunta el EHT, son del tamaño de una moneda puesta en la superficie de la Luna. Así que es algo increíblemente pequeño". 

 

¿Qué pasa si una persona cae en un agujero negro?

 

De acuerdo con el astrofísico, “depende de cuánta masa tenga el agujero negro. Una de las cosas más interesantes es que cuanta más masa tienen, cuanto más grandes son, menor es la curvatura”. 

 

“Así que, si cayéramos, por ejemplo, en el agujero negro del centro de la galaxia, en realidad no lo notaríamos durante bastante tiempo. Mientras que, si hubiera un agujero negro muy pequeño y cayéramos en él, lo notaríamos inmediatamente, nos destrozaría. Los agujeros negros más pequeños destrozarían nuestros cuerpos más rápido que los grandes”, explicó. 

 

 

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