Redacción admin

Fiel a su estilo sencillo, el papa Francisco dejó establecido cómo deseaba ser despedido tras su muerte. El pontífice, quien falleció este lunes 21 de abril tras finalizar la Semana Santa, desde hace tiempo había preparado todo para que su funeral fuera sobrio y sin los elementos tradicionales de otros pontífices.

 

Francisco renunció al triple ataúd, al báculo a su lado y al entierro en la cripta de San Pedro. En su lugar, pidió ser sepultado en la basílica de Santa María La Mayor, en Roma, templo que visitaba con frecuencia antes y después de sus viajes y al que tenía una profunda devoción. Allí se encuentra el icono mariano ‘Salus Populi Romani’, ante el cual solía orar.

 

¿Cómo será el funeral del papa Francisco?

 

Según el protocolo vaticano, el funeral del papa se desarrollará en tres etapas: vigilia, ceremonia fúnebre y sepultura, y estará a cargo del cardenal camarlengo, Kevin Farrell. La misa será al aire libre en la plaza de San Pedro, en una celebración que reunirá a líderes de todo el mundo.

 

El deseo del papa quedó consignado en un documento oficial promulgado en noviembre de 2024, donde pidió un rito más austero y espiritual. Fue su forma de recordar que el poder de la Iglesia no reside en la pompa, sino en la humildad del servicio.

 

Tras el entierro del sumo pontífice, recordado por su cercanía, comenzarán las llamadas “novendiales”, misas celebradas durante nueve días en su honor. Mientras tanto, el colegio cardenalicio se prepara para convocar el cónclave que elegirá a su sucesor.

 

La última aparición del Papa Francisco

 

Este Domingo de Resurrección marcó la última aparición pública con vida del papa Francisco. A pesar de su delicado estado de salud por una infección respiratoria, el sumo pontífice se asomó al balcón central de la basílica de San Pedro para impartir la bendición Urbi et Orbi, en una ceremonia que reunió a más de 50 mil fieles en la plaza.

 

Francisco, de 88 años, apareció en silla de ruedas y sin las cánulas nasales que venía utilizando, aunque se le veía debilitado. Aunque no presidió la misa —oficiada por el cardenal Angelo Comastri— sí estuvo presente y saludó brevemente a los asistentes con un “Buena Pascua”.

 

 

El mensaje de Pascua fue leído por el maestro de ceremonias, pero el papa también se dirigió al público con palabras de esperanza: “Jesús está vivo y permanece siempre con nosotros, llorando las lágrimas de quien sufre y multiplicando la belleza de la vida en los pequeños gestos de amor de cada uno de nosotros”.

 

Después de la misa, el papa sorprendió al recorrer en papamóvil la plaza de San Pedro. Aunque con evidente dificultad para moverse, se detuvo en varias ocasiones para bendecir a niños y saludar a los fieles más cercanos.

 

Francisco no había participado en los ritos principales de la Semana Santa en el Vaticano, salvo por una breve visita el Jueves Santo a la cárcel de Regina Coeli, donde saludó a los reclusos, manteniendo una de las tradiciones más significativas de su pontificado.

 

Tras el fallecimiento del máximo jerarca de la Iglesia Católica, el Vaticano empezará a trabajar en el nombramiento de su sucesor. 

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