Redacción admin

Muchas personas ignoran la importancia de sus hábitos alimenticios a la hora de cuidar y conservar la salud de diferentes órganos como el intestino delgado o los riñones.

 

Estos últimos están encargados de filtrar y eliminar los desechos y el exceso de líquidos del cuerpo a través de la orina. Además, regulan el equilibrio de electrolitos (como sodio, potasio y calcio), mantienen la presión arterial en niveles adecuados y producen hormonas que ayudan en la producción de glóbulos rojos y en la regulación del calcio en los huesos. También participan en el equilibrio ácido-base del cuerpo, ayudando a mantener el pH sanguíneo dentro de un rango saludable.

 

Es por eso que la mayor o menor ingesta de ciertas sustancias en la dieta cotidiana de una persona, puede contribuir o deteriorar la salud de estos órganos, vitales para la salud humana.

 

De acuerdo con el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, los riñones filtran cerca de media taza de sangre por minuto y cuentan con alrededor de un millón de nefronas, que son las encargadas del proceso de purificación.

 

Según expertos, cuando los riñones no pueden realizar su trabajo de manera efectiva, esto acarrea problemas cardiovasculares, de presión arterial y demás en una persona.

 

El nefrólogo Gabriel Lapman, autor de Más zapatillas, menos pastillas, destaca que muchas personas sufren de enfermedad renal sin ser conscientes de ello. 

 

"La salud renal es fundamental para el bienestar general. Es común que muchas personas tengan enfermedad renal y no lo sepan", comenta. También advierte que enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión y la obesidad están directamente relacionadas con el daño a los riñones. "La enfermedad renal crónica raramente aparece de forma aislada; generalmente es consecuencia de otras patologías", añade.

 

¿Cuáles son los tres alimentos que afectan a los riñones?

 

Según información de distintos estudios, recogida por el diario El Tiempo, estos tres alimentos, comunes en la dieta de muchas personas, pueden afectar negativamente la salud renal.

 

- Bebidas gaseosas  


El consumo frecuente de refrescos carbonatados puede afectar negativamente la función renal debido a su alto contenido de fósforo artificial. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) advierten que, aunque el fósforo es un mineral esencial para el cuerpo, la versión sintética que se encuentra en muchas gaseosas puede ser dañina. 

 

Además, estas bebidas suelen contener niveles elevados de sodio, lo que puede elevar la presión arterial y representar un riesgo para las personas con enfermedades renales. "El sodio, que debe limitarse en pacientes con enfermedad renal por sus efectos sobre la presión arterial, también está presente en grandes cantidades en estas bebidas", explica Delucchi. 

 

Un estudio titulado La ingesta dietética de fósforo y el riñón reveló que, en pruebas realizadas en animales, se encontró una relación entre un exceso de fósforo y un mayor riesgo de daño renal a largo plazo.

 

- Consumo excesivo de carne  


El consumo elevado de proteína animal puede sobrecargar los riñones debido a la producción de ácido en la sangre, lo que obliga a estos órganos a trabajar más intensamente para eliminarlo. Según Lapman, "el exceso de proteína animal puede ser agotador para los riñones porque genera altos niveles de ácido en la sangre, lo que hace que estos órganos tengan que esforzarse más para eliminarlo". 

 

La revista Nutrients publicó estudios que sugieren que una dieta baja en proteínas podría ayudar a reducir complicaciones asociadas con la Enfermedad Renal Crónica (ERC), como la acidosis metabólica, que es una condición derivada del deterioro renal. 

 

"Esto no significa que la proteína deba ser eliminada por completo de la dieta, sino que debe consumirse de manera moderada o bajo la supervisión de un profesional si existen enfermedades subyacentes", aclara.

 

- Alimentos congelados  


Los productos ultraprocesados y congelados pueden ser convenientes para preparar comidas rápidamente, pero suelen tener un alto contenido de sodio y conservantes que pueden perjudicar la salud renal. 

 

Lapman advierte sobre este riesgo y resalta la importancia de revisar la etiqueta de estos alimentos antes de consumirlos regularmente. 

 

La Fundación Nacional del Riñón estima que algunas porciones de alimentos congelados pueden contener más de 1000 miligramos de sodio. Además, señala que la ingesta diaria de sodio no debe exceder los 2300 mg en adultos saludables.

 

 "Las personas con enfermedad renal o hipertensión deben reducir su consumo de sodio a 1500 mg diarios", recomienda la fundación.

 

 

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