Redacción Juan Sebastián Sosa

Los abusos cometidos por Freddy Arley Castellanos Velasco, cuidador en el hogar infantil Canadá sede F (operado por el ICBF en San Cristóbal), siguen revelando detalles escalofriantes. Según testimonios, el hombre aprovechó su posición para agredir sexualmente a al menos tres menores de edad, usando juegos como excusa para llevarlos al baño. Las autoridades ya lo capturaron, pero el daño emocional en las víctimas es imborrable.

 

Una de las madres afectadas relató cómo su hija de tres años comenzó a mostrar cambios alarmantes: pesadillas, miedo nocturno y palabras inusuales que la llevaron a sospechar lo peor. “Mamá, besó profe acá”, le dijo la niña, señalando su cuerpo. “En su parte mínima también hace un movimiento y dice ‘ayayay’”. La madre dio su testimonio en diálogo con La Red Viral

 

Esa frase fue la primera señal de que algo terrible había ocurrido. La mujer, desesperada, activó de inmediato los protocolos de emergencia con ayuda de una amiga del sector salud.

 

Madre de menor abusada por Freddy Castellanos

 

Los hechos habrían ocurrido entre marzo y abril de este año, según la Fiscalía. Las pruebas incluyen exámenes médicos, testimonios y evaluaciones psicológicas que confirman los abusos. Lo más impactante es que Castellanos manipulaba a los niños bajo el pretexto de juegos, aislando a sus víctimas en el baño del jardín. Pese a las evidencias, el acusado no ha aceptado responsabilidad alguna.

 

La madre recordó el momento en que confrontó al personal del jardín, exigiendo respuestas. “Les dije: ‘o me atienden o hago que todo el mundo se entere’”, reveló. Sin embargo, en lugar de cooperar, el cuidador intentó huir al notar que ella lo seguía. 

 

“Lo que buscamos es justicia”: El grito desesperado de la madre

 

La mujer reveló que, tras confirmar el abuso, decidió irse personalmente al jardín. “Iba con ánimos de que alguien me diera una explicación”, señaló. “Yo les dije que en la institución tienen un abusador”. 

 

Inmediatamente le respondieron que no le podían dar los datos del profesor. Incluso, indicó que Castellanos, al ver la situación, se llenó de nerviosismo y estaba siempre pendiente. El hombre salió a correr cuando vio que la madre se fue detrás suyo. 

 

“Mi hija puede tener tres años y no diferenciar entre el bien y el mal, pero sí sabía que algo no le gustaba”, declaró la madre entre lágrimas. La menor, además de las secuelas físicas, sufre terrores nocturnos y rechaza el cariño de sus padres. “Es frustrante verla así, diciendo ‘guácala’ en medio de sus pesadillas”, confesó.

 

La mujer admitió sentirse culpable por no haber actuado antes. “Siento que debí protegerla mejor”, dijo. Aunque la niña recibe terapia psicológica, el proceso para superar el trauma será largo. “No sé qué más hacer; ella ya no es la misma”, agregó, con la voz quebrada por la impotencia. Su mayor temor es no conocer la magnitud del daño que sufrió su hija.

 

“A pesar de que la niña me avisó a tiempo, siento que debí haber actuado más como mamá. Es la impotencia de saber que en el momento que ella pedía ayuda no estaba ahí para ella”, añadió. 

 

También hizo una desgarradora confesión: “mi niña está mal. No puede dormir y tiene pesadilla. Yo me pregunto qué fue lo que él le hizo, qué tanto daño le hizo”.

 

 

 

Comparte en:


También puede interesarte
Última Hora...