El 7 de septiembre de 2017, durante su visita a Colombia, el papa Francisco vivió un momento simbólico y de profunda conexión con la fe católica del país: su encuentro con el lienzo de la Virgen de Chiquinquirá en la Catedral Primada de Bogotá.

La importancia de este momento no solo radica en lo espiritual, sino también en la logística detrás del traslado de la obra, un desafío que involucró a Servientrega y a un equipo especializado en transporte y seguridad.

El cuadro de la Virgen, pintado en 1562 por Alonso de Narváez, es considerado una de las obras más veneradas en Colombia. Debido a su valor histórico y religioso, su traslado desde la Basílica de Chiquinquirá hasta la capital colombiana no podía ser realizado de manera convencional.

Los frailes dominicos encargados de su custodia, liderados por el prior Fray Nelson Novoa, decidieron que lo mejor sería transportarlo en helicóptero para evitar los riesgos del traslado por carretera.

En este contexto, Servientrega asumió un papel crucial al ofrecer su apoyo logístico. La empresa, conocida por su experiencia en transporte de alto nivel, coordinó la construcción de un embalaje especial para el lienzo, diseñado para garantizar la seguridad durante el viaje.

Este embalaje incluyó una caja de madera de pino, resistente y cuidadosamente diseñada, que protegió la obra en todo momento.

El vuelo en helicóptero, que despegó desde Chiquinquirá hacia Bogotá, se convirtió en una de las imágenes más emblemáticas de la visita papal. Aterrizando en el centro logístico de Servientrega en la capital, la Virgen fue luego llevada a la Catedral, donde el papa Francisco, en un gesto de devoción, oró frente a ella.

La conexión entre la Virgen de Chiquinquirá y el Papa Francisco, simbolizada por este gesto de fe, permanecerá en la memoria colectiva de los colombianos, especialmente ahora, tras el fallecimiento del Sumo Pontífice el pasado 21 de abril, a los 88 años.

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