La historia detrás del menor de edad aprehendido por el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay revela un entorno de abandono, consumo de sustancias y una profunda vulnerabilidad. Según reportes de El Tiempo, el joven, de tan solo 15 años, fue contratado por estructuras criminales para ejecutar el ataque, aprovechando su difícil situación familiar y social.

El adolescente, huérfano de madre, fue dejado al cuidado de su familia paterna luego de que su padre, David Rodríguez, decidiera irse del país. Rodríguez, abandonó a su hijo tras la muerte de su esposa, y tiempo después se enroló como mercenario en la guerra de Ucrania.

Vivía bajo maltrato y consumo

El menor residía en el barrio Villas de Alcalá, en la localidad de Engativá, junto a su abuela, un tío y una tía. De acuerdo con las autoridades, desde hace tiempo presentaba un patrón de consumo de sustancias psicoactivas y comportamientos agresivos. La Policía tiene registros de intervenciones por violencia intrafamiliar en ese mismo domicilio, en las que el menor figura como víctima.

Fuentes judiciales explican que este entorno conflictivo habría sido determinante para que el joven fuera captado por estructuras criminales. “Aprovecharon su situación para convertirlo en un ejecutor”, indicaron investigadores del caso.

El padre se desligó completamente del proceso

Tras la captura del menor y su judicialización, las autoridades lograron ubicar al padre en el extranjero y se comunicaron con él para informarle sobre lo ocurrido. La respuesta fue contundente: “No quiero saber nada de él”. Según El Tiempo, Rodríguez colgó dos veces la llamada y no quiso emitir declaración alguna sobre el atentado ni sobre su hijo.

Esta reacción ha sido interpretada como una muestra del abandono que desde hace años enfrentaba el menor. Incluso, se conoció que anteriormente David Rodríguez fue objeto de investigaciones por parte del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) por negligencia en sus deberes parentales, situación que llevó a que la custodia del adolescente pasara a su tía paterna.

¿Qué sigue en el proceso judicial del menor?

A pesar del rechazo de su padre, David Rodríguez aún podría ser requerido por las autoridades colombianas como primer respondiente legal. El menor, quien ya fue judicializado por el atentado ocurrido el pasado 7 de junio en el parque El Golfito, será clave en la investigación para identificar a los autores intelectuales del crimen.

Este caso expone una alarmante realidad: cómo las redes criminales reclutan a menores en condiciones de extrema vulnerabilidad, sin una red de apoyo familiar ni institucional sólida.

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