¿Corrupción? Julio Correal reveló las razones detrás de cancelación del concierto de Kendrick Lamar
El empresario habló de errores logísticos, problemas políticos y costos millonarios
2025/10/03
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Redacción
Juan Sebastián Sosa
El concierto del rapero estadounidense Kendrick Lamar en Bogotá, programado para el sábado 27 de septiembre en el Vive Claro, fue cancelado a última hora y dejó un panorama de confusión e incertidumbre en la industria musical. La decisión se tomó minutos después de que abrieran las puertas, causando frustración en miles de fanáticos.
El Idiger explicó que “la decisión de no conceptuar favorablemente el evento se fundamentó en la falta de información y documentación técnica suficiente y oportuna, de acuerdo con lo establecido en la normatividad vigente, por parte del organizador”.
Añadió que los organizadores no entregaron “análisis de riesgo detallados, medidas de mitigación funcionales y logísticas, así como certificaciones técnicas que soporten medidas integrales para la seguridad humana en este tipo de actividades”.
Por su parte, la promotora Páramo argumentó que la cancelación se dio por “dificultades logísticas del promotor y del recinto”, pero aclaró que el artista “estaba listo para presentarse”.
La contradicción entre las versiones oficiales y la promotora alimentó el debate, hasta que el empresario Julio Correal dio su propia explicación sobre lo que, según él, realmente ocurrió.
¿Por qué se canceló el concierto de Kendrick Lamar en el Vive Claro?
En un video publicado en su canal de YouTube, Julio Correal expuso lo que considera fueron las verdaderas razones detrás de la cancelación: una mezcla de errores logísticos y disputas políticas.
“Vive Claro se construyó para hacer conciertos dentro de una capacidad de entre 35 mil y 40 mil personas. Este proyecto, muy ambicioso, genera problemas políticos y funcionales”, afirmó.
Según Correal, detrás de la disputa está una pugna entre escenarios. El Vive Claro compite directamente con El Campín, lo que derivó en lo que él llama una “batalla política” contra la administración de Carlos Fernando Galán. “Hay partidos políticos de oposición que quieren ponerle palos en la rueda”, señaló.
También se refirió a la polémica por la seguridad del recinto: “Fue un lugar construido con unas tarimas temporales que no son inventadas acá en Colombia, son unas graderías que utilizó, por ejemplo, Adelle para una serie de funciones en Múnich”.
Además, recordó el rechazo de algunos vecinos del sector: “Es un barrio muy conservador. Ellos dicen que se parquean en sus barrios, que dejan los carros tirados, bloqueando garajes y la bulla cuando salen”. Aseguró que las quejas han contado con apoyos de concejales locales.
“Nadie sabe qué pasó. Esa es la verdad”
El empresario comparó la cancelación con el exitoso concierto de Green Day, que inauguró el escenario con lleno total y sin incidentes graves. “Nadie sabe qué pasó. Esa es la verdad”, dijo sobre lo ocurrido con Kendrick Lamar.
Explicó que los trámites para los permisos deben realizarse ante el programa SUGA, con al menos 30 días de antelación. Sin embargo, en Colombia, muchas veces los permisos “llegan media hora antes de abrir puertas y no una semana antes”.
Lo que más lo sorprendió fue la aparición del Idiger en la organización. “Jamás había tenido que ver con los conciertos, de repente apareció”. Según él, el mismo sábado, hacia las 4 p.m., funcionarios de la entidad exigieron un documento que no se sabía de dónde surgía ni por qué era requerido.
“Pidieron un papel que no estaba en no sé dónde. Si tienen eso hace 30 o 60 días por qué no habían visto que faltaba un papel. Ahí es donde la cosa se torna medio politiquería”, afirmó.
Para Correal, la explicación sobre la cancelación fue inconsistente: mientras en el recinto alguien dijo por megáfono que fue por “cuestiones técnicas”, el comunicado oficial hablaba de “cuestiones logísticas”.
Costos millonarios y el futuro del Vive Claro
El empresario fue contundente: “¿Por qué la política se mete en una industria como la del entretenimiento?”. Para él, la cancelación fue más una disputa política que un problema técnico o de seguridad.
Según explicó, la construcción del Vive Claro costó cerca de 40 millones de dólares en adecuaciones, lo que lo convierte en una de las apuestas más grandes para conciertos en Bogotá. Su cancelación, más allá del golpe a la industria, representa también un enorme costo económico.
El show de Kendrick Lamar debía ser una de las grandes presentaciones del año en Colombia. El artista ya había sido contratado y, tras la cancelación, los organizadores deberán asumir el pago completo a él, a los teloneros Ca7riel y Paco Amoroso, y devolver el dinero de las boletas, además de cubrir la producción y la logística.
Correal recordó que ya existen antecedentes dolorosos en el país, como el concierto cancelado de Shakira en Medellín, que dejó pérdidas cercanas a los 10 mil millones de pesos por fallas en infraestructura.
La cancelación del concierto de Lamar reabre el debate sobre el futuro de los grandes escenarios en Bogotá y pone en duda si el Vive Claro podrá consolidarse como una alternativa a El Campín o quedará marcado por la polémica política.