9 marzo, 2023
Investigadores del Cedars-Sinai Medical Center, en Estados Unidos, realizaron un estudio bastante exhaustivo de los cambios en la retina y de cómo estos cambios se relacionan con alteraciones cerebrales y cognitivas en pacientes diagnosticados con alzhéimer.
Este análisis, publicado en la revista científica Acta Neuropathologica, es un paso clave en la comprensión de los efectos de esta enfermedad en la retina, especialmente en las primeras fases del deterioro cognitivo.
Cabe mencionar que en la actualidad no existe una prueba diagnóstica única que pueda diagnosticar definitivamente la enfermedad a un paciente y los tratamientos más recientes solo ralentizan la progresión del alzhéimer.
“Nuestro estudio es el primero que proporciona un análisis en profundidad de los perfiles proteicos y los efectos moleculares, celulares y estructurales de la enfermedad de alzhéimer en la retina humana, y de cómo se corresponden con los cambios en el cerebro y la función cognitiva”, señaló Maya Koronyo-Hamaoui, autora principal del estudio.
“Estos hallazgos podrían conducir eventualmente al desarrollo de técnicas de imagen que nos permitan diagnosticar la enfermedad de alzhéimer de forma más temprana y precisa y monitorizar su progresión de forma no invasiva mirando a través del ojo”, agregó.
Los investigadores analizaron muestras de tejido retiniano y cerebral de 86 donantes humanos a lo largo de 14 años. Compararon muestras de donantes con función cognitiva normal con las que aquellos con deterioro cognitivo leve en las fases más tempranas del alzhéimer y con las de aquellos con demencia de alzhéimer en fases más avanzadas.
De este modo, los investigadores revisaron las características físicas de las retinas de estos pacientes, midiendo y cartografiando marcadores de inflamación y perdida celular funcional y analizaron las proteínas presentes en los tejidos retinianos y cerebrales.
En las retinas de pacientes con deterioro cognitivo leve y alzhéimer, hallaron una sobreabundancia de una proteína llamada beta amiloide 42, la cual, en el cerebro de los pacientes con alzhéimer, se agrupa formando placas que alteran la función cerebral.
Además, comprobaron una acumulación de proteína beta amiloide en las células ganglionares, que son las que transmiten la información visual de la retina al nervio óptico.
De otro lado, había un mayor número de astrocitos y células inmunitarias, denominadas microglias, las cuales rodean las placas de beta amiloide y detectaron la presencia de moléculas específicas y vías biológicas, que son las responsables de la inflamación y la muerte de células y tejidos.
“Estos cambios en la retina se correlacionaron con cambios en partes del cerebro denominadas corteza entorrinal y temporal, un centro neurálgico para la memoria, la navegación y la percepción del tiempo”, indicó Koronyo-Hamaoui.